- Insisten en que su uso es la mejor garantía, a día de hoy, para evitar los contagios por Covid pero recomiendan ejercicios de movilización y relajación, desde las orejas hasta la mandíbula y las cervicales para combatir sus efectos secundarios después de muchas horas diarias de uso continuado
- Los especialistas del grupo sanitario alertan también sobre la falta de vocalización que se produce al abrir menos la boca por la mascarilla y esto afecta mucho a la articulación temporo-mandibular porque produce una sobrecarga.
El uso de la mascarilla es, a día de hoy, junto con la distancia social, la mejor garantía para evitar el contagio por COVID-19 y es un imprescindible en nuestro día a día. Sin embargo, los fisioterapeutas del Hospital Universitario de Torrejón, junto con profesionales de otros hospitales del grupo sanitario Ribera, han detectado un aumento de pacientes con dolor cervical, de cabeza y de la articulación temporo-mandibular (ATM) por el uso prolongado de la mascarilla.
“Hay muchas personas que al usar mascarilla comienzan a respirar de forma oral en lugar de forma nasal. Esto ocasiona que la lengua esté baja y retraída para dejar sitio para que pase el aire, lo que a su vez hace que la posición de las vértebras cervicales se rectifique”, explica el supervisor de Fisioterapia del Hospital Universitario de Torrejón, Enrique Gonzalvo. Por su parte, Arantxa Villagordo, fisioterapeuta en el Hospital Universitario de Torrevieja, añade que la mascarilla reduce el ángulo de visión inferior “lo que obliga a realizar una hiperflexión de cuello, sobrecargando así la musculatura posterior de cuello y cabeza”. Si esto se hace por periodos prolongados “es muy fácil que se inicie un dolor cervical y/o de cabeza, que en este caso será predominantemente a modo de presión en la región occipital y la nuca”, asegura Gonzalvo.
El supervisor de Rehabilitación del Hospital Ribera Povisa, Carlos Cáceres, explica por su parte que el uso continuado de la mascarilla “puede asociarse a una mayor tensión en la musculatura en toda la región comprendida entre la nariz, la mandíbula y el cuello, debido a la alteración del tono muscular, tanto en reposo como a la hora de hablar y respirar”. Se produce lo que los expertos llaman una disfunción en la movilidad de la mandíbula, que condiciona esa alteración del tono normal de la musculatura en esa zona. La fisioterapeuta consultada en el hospital de Torrevieja explica también que “al llevar la mascarilla abrimos ligeramente la boca, sobrecargando la mandíbula y, además, tendemos a realizar una respiración más superficial”.
El problema es que esa pequeña apertura de la boca se mantiene incluso al hablar, lo que dificulta la vocalización pero también afecta a la ATM. Cáceres advierte que la disminución en la expresividad de nuestro rostro, no poder leer los labios cuando nos escuchan y la barrera que ejerce la mascarilla al sonido, “hace que hablemos más alto, lo que también puede afectar a la musculatura fonatoria, que tendrá que tener una mayor tensión”. Su compañero en Torrejón explica que en las consultas de este centro se ha detectado un mayor número de personas que aprietan mucho los dientes al usar la mascarilla. “Este gesto también provoca dolor cervical, cefalea e incluso mareo o inestabilidad, ya que el músculo temporal cizalla la unión entre el hueso temporal y el parietal cuando está contraído por largos periodos de tiempo”, asegura Enrique Gonzalvo.