· El Servicio de Salud Mental afirma que estamos asistiendo a un aumento significativo de casos de Trastorno de la Conducta Alimentaria, cuadros afectivos, de violencia antisocial y conductas autodestructivas entre los más jóvenes
· El doctor Jorge Pernía, psicólogo clínico del centro, afirma que este tipo de agresiones se están adaptando al entorno de las redes sociales y los medios tecnológicos, lo que desborda la capacidad de contención de las familias
El Servicio de Salud Mental delHospital Universitario de Torrejónha detectado un aumento de los problemas de salud mental entre los pacientes infanto-juveniles durante la pandemia. “Estamos ante una pandemia silenciosa. Asistimos a un aumento significativo de casos de Trastorno de la Conducta Alimentaria, cuadros afectivos, y conductas suicidas entre los más jóvenes”,asevera Helena Díaz, jefa del Servicio de Psiquiatría del centro.
Unas circunstancias que han tenido mucho que ver con la situación epidemiológica desde que apareció el COVID-19. “Toda situación de crisis pone a prueba la resistencia del individuo; podríamos decir que es a través de la experiencia de sufrimiento como conocemos nuestra fortaleza”, revela la doctora Casandra Gálvez Calero, psiquiatra de adolescentes. “Se han resentido y han manifestado una clínica que ha precisado ayuda terapéutica aquellos jóvenes que, probablemente, ya habrían requerido un abordaje terapéutico previo. La pandemia ha sido el detonante en un campo minado”, añade.
No solo se ha detectado un aumento de casos, sino que se ha incrementado una conducta muy concreta:“Hay una mayor proliferación de lo que llamamos la ‘actuación’ de los conflictos, que siempre adquiere una forma destructiva. Puede revelarse hacia fuera, en forma de conducta violenta antisocial, o hacia dentro, contra uno mismo, mediante actos como la ingesta de fármacos o las autolesiones”, afirma Jorge Pernía, psicólogo clínico del Hospital Universitario de Torrejón. Este tipo de problemas, junto con el confinamiento, han encontrado una clara vía de escape: “La agresión valiéndose de la difusión de las redes sociales y medios tecnológicos se ha erigido como una nueva fuente de ‘actuación’ adolescente, lo que implica un desbordamiento de la capacidad de contención de las familias”, apunta.
Los profesionales señalan una etapa concreta en la que proliferan este tipo de problemas: la adolescencia. “La problemática del adolescente siempre es la misma: abrirse paso en la vida a través de un proceso de desinfantilización que los padres deben facilitar acompañándoles, pero sin impedirles tomar decisiones”, señala el psicólogo clínico Pernía. “La mayor parte de los conflictos adolescentes son consecuencia de que se imposibilite o se dificulte que lleven a cabo esta importante tarea subjetiva que culmina en hacerse mayor. La pandemia ha entorpecido en gran medida esta necesaria diferenciación”, sentencia.
Trabajar más en la prevención
Los profesionales del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón recalcan la importancia de hacer un trabajo preventivo, enfocándose en aquellos pacientes que pueden acabar desarrollando un trastorno mental que se agudice en la madurez. “La sociedad necesita concienciarse más de la importancia de cuidar la salud mental de nuestros menores, enfatizando la labor preventiva, puesto que la mayoría de los trastornos mentales que debutan en la edad adulta ya los vemos en germen en la infancia y adolescencia”, apuntaHelena Díaz.
Una labor que se lleva a cabo en el centro torrejonero, con un Servicio de Salud Mental innovador y especializado, que cuida y previene el bienestar emocional de los más pequeños para atajar a tiempo posibles problemas que emerjan más adelante. “Un diagnóstico certero y preventivo a tiempo es la mejor baza en términos de bienestar emocional”, recalca la jefa del Servicio de Psiquiatría del hospital. La doctora Gálvez Calero apunta en la misma línea: “Cuando se realiza una buena labor terapéutica con el niño y la familia, los efectos son imperecederos”. “No solo hay que actuar en torno a trastornos psiquiátricos definidos, sino a aspectos educacionales involucrados en la crianza de los hijos que repercuten de manera directa en su equilibrio emocional”, concluye Helena Díaz.