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    Especialistas en Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón indican que las rupturas amorosas pueden desencadenar clínicas psiquiátricas

    Especialistas del servicio de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón aseguran que las rupturas sentimentales provocan, habitualmente, sentimientos de rabia y rencor. Es una fase especialmente conflictiva que se puede cronificar y dificultar el desarrollo de la vida personal. “La incapacidad para perdonar, acompañada de rencor y deseo de venganza es uno de los datos que nos pueden indicar que este sentimiento ha generado un problema”, apunta Ana Isabel Velasco, enfermera de la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría del centro.

    Sofía Carazo, psiquiatra del Hospital Universitario de Torrejón, recuerda que “una ruptura sentimental supone la pérdida de un vínculo, por lo que superarla conlleva un necesario proceso de duelo”. Por tanto, es habitual que una o las dos partes lo pasen mal. De hecho, todos los especialistas atribuyen al duelo sentimental las mismas fases que al duelo por fallecimiento -negación, ira, negociación, depresión y aceptación-, aunque insisten en que no todas las personas pasan por todas las fases, ni siquiera en el mismo orden o intensidad.

    El equipo de Salud Mental advierte de que la personalidad influye de manera notable en el desarrollo de las diferentes fases propias del duelo, ya que aquellas personas con baja autoestima o con una fuerte dependencia emocional tienden a vivir el duelo de forma más patológica. Por otra parte, los pacientes con un perfil más impulsivo o inestable pueden alargar e intensificar las fases de descontrol e ira, además de tender hacia los pensamientos de muerte y autolesivos. Los perfiles patológicos que pueden presentar mayor dificultad en el proceso son las personas con depresión, trastorno de ansiedad generalizada, intentos autolíticos previos y trastornos de personalidad del clúster B. “Estas personas son más vulnerables debido a la inestabilidad emocional propia de los diferentes trastornos”, explica Velasco.

    Aseguran que emociones como enfado, ira, culpa, tristeza, confusión, frustración, soledad, decepción, nostalgia o celos pueden formar parte de alguna de las fases del duelo, acompañados, incluso, por síntomas físicos como cansancio, angustia o sensación de un nudo en el estómago, falta de energía, insomnio y llanto. “Muchas veces estos sentimientos son necesarios en un momento determinado para un duelo saludable, ya que en algunas ocasiones las personas tienden a anestesiar los sentimientos, evitando experimentar las emociones”, asegura Ana Isabel.

    “Consideramos que el duelo se ha complicado si los síntomas son tan intensos que dificultan de manera importante el funcionamiento cotidiano de la persona y/o si se prolongan excesivamente en el tiempo”, apunta Sofía Carazo, quien recuerda que un proceso de duelo ‘normal’ oscila entre los seis meses y dos años. Por su parte, Velasco señala que “el deseo de venganza indica que la ira se ha convertido en una emoción problemática y que puede ser necesario recurrir a la psicoterapia”.

    Helena Díaz, jefa de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón, recalca que “no en pocas ocasiones, una ruptura amorosa actúa como desencadenante de clínica psiquiátrica, favoreciendo episodios depresivos, gestos autolesivos, consumo de sustancias, ideas de perjuicio y síntomas relacionados con la imagen corporal, entre otros”. Para conseguir una adecuada superación del duelo, recomiendan todo aquello que facilite la aceptación de la realidad de la pérdida, la expresión y el manejo de los sentimientos ligada a ella, la resolución de las dificultades prácticas generadas por la ruptura, la despedida y el hallazgo de nuevas vías de satisfacción en la vida.

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