- En el Día Mundial de la Diabetes, expertos en salud ocular abordan la importancia de controlar la enfermedad para cuidar la vista
- Un mal control de la patología puede provocar pérdida de visión e, incluso, ceguera
En los últimos años ha habido un aumento significativo de la incidencia de la diabetes, lo que plantea desafíos importantes en la salud y calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. La Diabetes Mellitus es una patología que afecta a la forma en la que el organismo utiliza la glucosa, ya sea por una producción insuficiente de insulina o por una respuesta inadecuada de nuestro cuerpo. Esta patología puede provocar una serie de problemas de salud significativos, aumentando los desafíos cardiovasculares, neurológicos, renales y cutáneos, pero también oculares. De hecho, la diabetes es una de las principales causas de pérdida de visión y la causa más frecuente de ceguera en los países industrializados.
Desde el servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón, perteneciente a la red pública de la Comunidad de Madrid, han querido concienciar sobre los numerosos problemas que pueden derivar de la diabetes en la salud ocular: “Más de la mitad de los pacientes diabéticos con 15 o más años de evolución de la enfermedad presenta algún grado de alteración vascular de la retina y, además, las personas con diabetes tienen hasta 25 veces más de posibilidades de pérdida de visión que las personas que no la padecen”, introducen ópticos y oftalmólogos.
“Los problemas oculares producidos por la diabetes incluyen la retinopatía diabética, el edema macular diabético, las cataratas y los glaucomas”, explican desde el Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón. Además, también afecta a otros factores oculares y sistémicos, provocando hipertensión ocular, neuropatía óptica diabética o el síndrome del ojo seco. Tal y como cuentan desde el centro torrejonero, “cualquier persona con diabetes puede desarrollar una afección ocular a causa de la enfermedad”, aunque “el riesgo aumenta con el tiempo de la evolución”. Por ese motivo, es muy importante realizar un adecuado control de los niveles de azúcar, mantener la presión arterial bajo control, adoptar un estilo de vida saludable y reconocer los primeros síntomas para abordar la prevención y un tratamiento eficaz.
“La retinopatía diabética y el edema macular diabético son manifestaciones del mal control de la enfermedad y, por tanto, son prevenibles”, explican oftalmólogos y ópticos del Hospital Universitario de Torrejón. Un mal control de la diabetes puede afectar seriamente a la vista, perjudicando la retina y pudiendo causar daño a los vasos sanguíneos, hemorragias y acumulación de líquido en la mácula, lo que resulta en pérdida de visión, pudiendo provocar ceguera en los casos más graves.
Desde el servicio de Oftalmología apuntan que “la prevención y el monitoreo regular de la salud ocular son cruciales para minimizar el riesgo de estas complicaciones para preservar la salud visual”. “La recomendación actual para las personas con diabetes tipo 2 es realizarse revisiones de fondo de ojo todos los años y para los casos de diabetes tipo 1 la revisión también debe ser anual a partir de los cinco años del diagnóstico”, concluyen.