- La atención y la concentración son habilidades muy sensibles que se ven alteradas por múltiples factores externos, pero también por los internos.
- La capacidad para concentrarse en una tarea puede verse mermada si nos encontramos nerviosos, angustiados, tristes o preocupados
A tan solo un fin de semana de que miles de estudiantes en toda España se enfrenten a los exámenes más importantes a los que se han sometido en su vida académica, el Hospital Universitario de Torrejón, perteneciente a la red pública de la Comunidad de Madrid, recuerda que no solo el conocimiento y la preparación académica juegan un papel fundamental en este proceso. Psicólogos y psiquiatras del centro torrejonero ponen el punto de mira en el estado emocional como un factor determinante, tanto para la concentración durante el estudio como para el éxito en Selectividad.
Todos los expertos del servicio de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón coinciden en que “la atención y la concentración son habilidades muy sensibles que se ven alteradas por múltiples factores externos, pero también internos”. Jorge Pernía, Psicólogo Clínico Infantojuvenil, recuerda la importancia de mantener al margen todos los móviles y dispositivos destinados al entretenimiento y a la comunicación porque “atrofian la capacidad de concentración que es precisa para focalizar la atención y el interés en algo complejo”. Sin embargo, el doctor destaca que al retirar las pantallas los jóvenes pueden “verse invadidos por sus propios pensamientos y ‘sobrepensar’”.
Llegados a ese punto, juega un papel fundamental y determinante “cómo se encuentra a nivel emocional esa persona”, destaca Cristina Luz, Psiquiatra Infantojuvenil del Hospital Universitario de Torrejón. “Concentrarnos en estudiar se puede ver alterado por otro tipo de pensamientos que nada tienen que ver con la materia, como pueden ser problemas con familiares, amigos o con uno mismo”, amplía la doctora. Esa capacidad para concentrarse, tan necesaria en periodos de exámenes, “se ve mermada si los alumnos se encuentran nerviosos, angustiados, tristes o preocupados por otras cosas que no tienen que ver con el examen”.
Por ese motivo, destaca la importancia de “regularnos a nivel emocional”. “Para lograr un buen objetivo académico será fundamental bajar la intensidad de una mente más emocional para poder entrar en un pensamiento más racional que permita el aprendizaje”, explica. Para lograrlo, además de intentar que “el ambiente sea lo más tranquilo posible”, Alejandra Berrocal y Sofía Carazo, Psiquiatras Infantojuveniles, recomiendan mantener un correcto autocuidado para “afrontar cualquier época estresante, presentar una mayor concentración en la tarea y favorecer una mayor regulación emocional”.
Las doctoras recomiendan mantener una alimentación equilibrada, variada y satisfactoria, recuerdan que el ejercicio físico actúa como un potente regulador emocional, “permitiendo cambiar el estado emocional en minutos siempre que se realice desde el disfrute”, insisten en mantener unos horarios de sueño regulares con una correcta higiene del sueño y destacan los beneficios de sacar tiempo para realizar actividades lúdicas agradables que vayan más allá de los aparatos electrónicos. También es muy importante evitar el consumo de drogas o sustancias como el alcohol, tabaco o bebidas estimulantes (café, bebidas energéticas…), ya que pueden “afectar en gran medida al estado emocional y a los niveles de ansiedad”.
Por último, el servicio de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón recomienda el mindfulness debido a los “grandes beneficios que su práctica conlleva para la mejoría de la atención, del bienestar físico y mental”. “Además de reducir la vulnerabilidad física y mental, facilita una mayor regulación emocional y conciencia de uno mismo, promoviendo la toma de decisiones eficaz”, concluye el equipo.